Un nuevo año escolar es una nueva oportunidad para construir, para renovar, para crear y recrear, para aprender y crecer. Es un nuevo año para escribir con atención, esmero y esperanza.

La invitación hoy es a mirar el futuro, pero no podemos proyectarnos sin poner atención a nuestra historia, sin buscar en ella aquello que nos desafía, que nos motiva, que nos lanza al presente. Al comenzar a escribir este nuevo año en nuestros cuadernos de vida evoquemos nuestra historia. Como estudiantes, ¿qué luces acompañaron mi vida y pueden seguir guiando mi interior?, como docentes y asistentes, ¿qué experiencias fueron significativas y alimentaron nuestra vocación, para potenciar el alma de los rostros que día tras día nos miran en el aula, en los pasillos, en los recreos?, como padres y madres, ¿qué acciones fortalecieron los vínculos con mis hijos y mejoraron los lazos con el colegio?… como seres humanos todos ¿qué palabras fueron sabias que merecen ser repetidas?, ¿cuáles formas de relacionarme fueron respetuosas?, ¿qué formas de resolver mis conflictos pacífica y dialogadamente debo repetir o mejorar este nuevo año?.

Solo reconociendo lo que hemos sido, lo que hemos aprendido y cómo hemos crecido, podemos mirar hacia el futuro y escribir las nuevas hojas en blanco que nos depara este año 2023.